Estamos deseando abrazarnos, reunirnos con todas aquellas personas que nos hacen felices y que forman parte de nuestra vida, aunque sea en la distancia.
De cada boda me llevo un pedacito para mi, recuerdos y momentos difíciles, emotivos y también divertidos. He conocido gente maravillosa durante todos mis años como fotógrafo y que espero seguir conociendo.
En esta ocasión volví a viajar a Viandar, un pequeño pueblo del Norte de Extremadura donde ya he realizado más trabajos, con gente siempre encantadora.
De camino al siempre precioso Hotel Valle de Gredos, nos adentramos en un singular bosque para un corto reportaje de pareja pero muy intenso.
Una vez en el Hotel, el ambiente se desbocó. Risas y más risas, y sobre todo muchas ganas de pasarlo bien.
Gracias Aitor y María por hacerme partícipe de una boda tan bonita y cargada de energía. Y a toda esa gente maravillosa que me da conversación en momentos vacíos, que te echan una mano en los momentos complicados, que lo dan todo cuando intentas trabajar y que al final, te hacen sentir como un invitado más.
Dejadme unas pocas líneas más en donde pueda ponerme un poquito melancólico. Son momentos difíciles para todos, pero vamos a salir adelante con mucha más fuerza, podéis estar seguros. Los eventos van a cambiar por supuesto, pero porque van a ser mucho más emocionantes, donde nos vamos a dar cuenta de lo afortunados que somos rodeándonos de tanta gente que nos quiere.
Quizás no nos veamos en este 2020, o quizás si con unos pocos privilegiados. Pero estad seguro que seguiremos adelante y cargando con la cámara como llevo haciendo más de 10 años.
Nos volveremos a ver en nada ¡resistid!
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