Cualquier lugar es mágico para un reportaje de comunión, tan solo se necesitan ganas, muchas ganas de pasarlo bien, y de tener unas fotografías originales, naturales y bonitas.
Este reportaje es muy especial, a Laura la conocí en mi estudio cuando acababa de nacer. A los pocos meses de vida la realicé su primer reportaje y este año tuve la suerte de volver a ser su fotógrafo, aunque de comunión.
La vida acaba teniendo muchas conexiones, quién sabe donde nos volveremos a ver en un futuro.
Muchas gracias familia por seguir confiando en mi trabajo después de tantos años ¡un abrazo!
ENTRADA ANTERIOR
ENTRADA SIGUIENTE
COMENTA