Recorrer los caminos y senderos hasta Candeleda para realizar una Boda en Chilla con su preciosa iglesia de fondo fue una fantástica experiencia. Sin contar con la aventura para adentrarnos en una casa rural en mitad de la nada en el Raso, donde pudimos realizar un espectacular reportaje a Noelia mientras ultimaba sus preparativos y vestido de novia.
De allí partimos al encantador Mirador de Gredos, con unas vistas impresionantes y así rematar una fiesta por todo lo alto. En mitad del camino también tuvimos ocasión para pararnos entre las montañas con un clásico Morgan y el sol que azotaba como ningún día del año.
Como siempre, una nueva fantástica experiencia con la compañía y confianza que siempre me han transmitido Noelia y Jose a los que deseo todo lo mejor.
Las bodas no hay que dirigirlas, simplemente debes dejarte llevar y de eso se trata mi fotografía.
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