Sentirse libre, disfrutar con lo que te gusta, es la única y mejor manera de ser tú mismo delante de una cámara.
Ariadna pudo sentirse así en pleno campo y con su caballo preferido, con el que tuvimos una tarde de fotos increíble. Si a esto le sumamos que hace unos años le tocó el turno de la comunión a su hermana, volver a reencontrarte y ver como han cambiado, que las familias sigan confiando en mi trabajo año tras año, es algo maravilloso.
¡Gracias!
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